El Estado-nación ha pretendido generalizar una forma de vinculación social y de protección de los derechos humanos dependiente de la delimitación de un territorio nacional. Con la modernidad, la frontera aparece como símbolo de seguridad y de reconocimiento. Pero se trata de un símbolo antiguo, pues para unir debe separar, para reconocer debe diferenciar, para acoger debe excluir, para proteger debe desamparar. “Toda frontera tiene que ver con la inseguridad y con la necesidad de seguridad”, advierte Magris. Los límites de la nación son, en el sentido más objetivo del término “límite”, sus fronteras políticas. Por eso las fronteras nacionales son, sobre todo, fronteras éticas. Lo que no aceptaríamos en nuestra familia o en nuestro círculo de amistad, lo que no aceptaríamos en nuestra comunidad autónoma o en nuestro país, lo admitimos más allá de sus fronteras. No hay razones morales que puedan sostener esta discontinuidad, esta ruptura en el entramado de nuestras vinculaciones, pero nuestra conciencia está tranquila gracias a un artificio consistente en definir comunidades de aceptación mutua dentro de las cuales reconocemos obligaciones hacia los demás, obligaciones que no actúan hacia el exterior de estas. La mirada ética nunca va más allá de la comunidad de aceptación mutua en que surge. La preocupación ética, la preocupación por las consecuencias que nuestras acciones (y nuestras omisiones) tienen sobre otras personas, es un fenómeno que tiene que ver con la aceptación de esas otras personas como legítimos “otros” para la convivencia. Es en este momento cuando el límite político de las naciones (la frontera) se transforma en un gravísimo límite moral. En dos sentidos: 1) el primero, más extraordinario, pero aun así en absoluto infrecuente: la nación puede convertirse, así ha ocurrido de hecho en numerosas ocasiones, en argumento para la persecución del Otro extranjero; 2) el segundo, más ordinario, más cotidiano: la nación se convierte en justificación para la apatía ante la situación del Otro, ese encarnado en todas y cada una de las 25.420 personas muertas o desaparecidas intentando cruzar el Mediterráneo desde 2014 (según estimaciones del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones). ? (Imanol Zubero; Humanidad. Ciudadanía y refugio: nada humano nos es ajeno en Amaia Izaola (Coord.); Euskadi es un refugio. Los derechos humanos y su universalidad ente el reto de los desplazamientos forzados; Los libros de la Catarata, pag. 19-20)
Provisionalidad. Joan-Carles Mèlich
No es posible instalarse en ningún lugar. Orden en el desorden, creación en la destrucción, armonía en el caos. Hay una tensión inacabable, −ineludible− en el ser humano, porque es espacio y tiempo, situaciones y relaciones, cuidado de sí mismo y de los demás. Son humanos la preocupación, el deseo de situarse, y, al mismo tiempo, lo son la imposibilidad de conseguirlo, la dislocación y el nomadismo. Estamos condenados a la desazón y a la zozobra. En un universo humano toda fijación es momentánea. Existimos en el reino de la provisionalidad. Por eso nadie es absolutamente humano, porque nadie es absolutamente nada. Nadie es humano del todo. O, dicho de otro modo, ser humano conlleva la imposibilidad de la presencia, de la presencia plena. (Joan-Carles Mèlich; La experiencia de la pérdida; Fragmenta, pag. 11)
Realidad. Santiago Alba
El peligro no reside en que las novelas nos parezcan reales; el peligro es que no nos parezca real la realidad y que tratemos al vecino cojo, al niño ecuatoriano y al inmigrante como personajes de una novela en la que no creemos o que no nos tomamos en serio y cuyo centro ocupa nuestra conciencia soltera y nihilista como único punto de resistencia. (Santiago Alba; Leer con niños; Caballo de Troya; pag. 264)
Relación. Rebecca Solnit
Una relación es una historia que construyes junto a otra persona y en cuyo interior te instalas con ella, una historia que proporciona tanto cobijo como una casa. (Rebecca Solnit; Una guía sobre el arte de perderse; Capitán Swing, pag. 106)
Los relatos. Ben Okri
Un pueblo tendrá tanta salud y confianza como los relatos que se cuente a sí mismo. Un narrador enfermo puede hacer enfermar a una nación. Sin relatos, enloqueceríamos. La vida perdería sus puntos de amarre y orientación… Los relatos pueden dominar el miedo. Pueden engrandecer un corazón. (Ben Okri en Minna Salami; El otro lado de la montaña; Temas de hoy, pag. 99)
Miradas Mayo 2023
En los lugares en los que ha ocurrido algún hecho significativo queda contenido parte del sentimiento asociado a ese hecho, de forma que rescatar el recuerdo del lugar es rescatar el sentimiento y a veces el sentimiento sale a la superficie cuando se regresa al lugar. Todo amor tiene su escenario. Por eso el lugar, del que siempre se habla como si solo importara cuando estamos presentes, nos posee cuando está ausente, cobra una nueva vida al transformarse en una idea del lugar, en una imagen mental que posee todo el efecto atmosférico y todas las asociaciones de una emoción intensa. Los lugares que tenemos dentro importan tanto como los de fuera. Es como si, al formar parte de nosotros y despertar nuestro anhelo, los lugares se convirtieran en deidades. (Rebecca Solnit; Una guía sobre el arte de perderse; Capitán Swing, pag. 93-94)
Un nuevo año…
Esta vez toca capicua.
Para las montañas que suba, le dije que evitara el verbo hacer. No hay que decir: «Ya tengo hechas ésas». De hacerlas ya se ha encargado el mundo. (Erri de Luca; Imposible; Seix Barral, pag. 145)
Empezando el año, mi año, con buen pie.
De Amurrio a Laudio por
Gozada de mañana.
Edad. Domingo Villar
A cierta edad es mejor no profundizar en quién se queda y quién se va. Por no perder la moral, sobre todo. (Domingo Villar; El último barco; Siruela, pag. 361)
Resistir. Primo Levi
…Todavía no somos animales, no lo seremos mientras tratemos de resistir. (Primo Levi; Los hundidos y los salvados; El aleph, pag. 104)
Responsabilidad. Erich Fromm
La responsabilidad, en su verdadero sentido, es un acto enteramente voluntario, constituye mi respuesta a las necesidades, expresadas o no, de otro ser humano, Ser “responsable” significa estar listo y dispuesto a “responder” (…) La persona que ama responde. La vida de su hermano no es sólo asunto de su hermano, sino propio. (Erich Fromm; El arte de amar; Paidós, pag. 40-41)
Retorno. Marina Garcés
Cualquier retorno es un comienzo que tiene su punto de partida en lo que se ha dejado atrás. (Marina Garcés; Malas compañías; Galaxia Gutenberg, pag. 164)
Reírse. Carmen Martín Gaite
Reírse con otro es el mayor síntoma de amor. (Carmen Martín Gaite; Lo raro es vivir; Anagrama, pag. 64)