Oceja y Montaño desde la playa de la Arena

El sendero es la metáfora perfecta. Alberga todos los sentimientos y añoranzas del mundo. Duda y fe, nacimiento y muerte, reflexiones, esperanza, el camino a la salvación, el camino a la perdición, el camino hacia lo desconocido, el viaje de principio a fin. El sendero configura la vida misma, al menos la vida tal y como se desarrolla en el contexto de nuestra herencia cristiana, en el que la vida es un viaje desde el nacimiento hasta la muerte, del mismo modo que la historia de la humanidad es un viaje desde el génesis hasta el apocalipsis. (Torbjørn Ekelund; Senderos. El deseo de viajar a pie; Volcano, pag. 84)

Imanol nos había metido la curiosidad en el cuerpo, así que ayer tres de los paseantes nos animamos a acercarnos a Oceja y Montaño realizando el recorrido en sentido contario al que Imanol hizo, pero disfrutando también del mismo y con algún despiste incorporado que nunca está de más.

Con ello, los paseantes de los martes hemos hecho doblete esta semana y hemos aprovechado la preciosa mañana del jueves

para desde la playa de La Arena acercarnos al Oceja y Montaño para regalarnos unas preciosas vistas.

Luego, de premio, cervecita y gilda que suma siempre al regalo que son los compañeros de paseo.

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