Una librería requiere algo más que considerar el libro como objeto, con su puerta de entrada y de salida, con sus límites, con la natural caducidad de todas las cosas.
En la apertura de una librería se trata de establecer un lugar colmado de voces y sus infinitas posibilidades de diálogo. Abrir una librería es, sobre todo, organizar el espacio para la fertilidad que implica la lectura y su desborde hacia la conversación. Por eso, una de las decisiones más importantes que tuvimos que tomar fue bajo qué criterio agrupar los libros. (Paula Vázquez; La librería y la diosa; Lumen 2023; 48-49)