Azar y necesidad. Marina Garcés

Que el azar y la necesidad son dos caras de un mismo fatalismo es la vivencia más concreta, más exclusiva y a la vez más repetida del enamoramiento. Cualquiera que se haya enamorado, como Diderot, habrá sentido que el azar más improbable ha producido el acontecimiento más inevitable. Que el «solo podías ser tú» se conjuga con el «cómo puede ser que nos hayamos encontrado». (Marina Garcés; Malas compañías; Galaxia Gutenberg, pag. 34)