Las personas son como las plantas. Hope Jahren

Las personas son como las plantas: crecen buscando la luz. Si yo me incliné por la ciencia fue porque me aportaba lo que más necesitaba: un hogar en el sentido literal del término; esto es, un lugar seguro en el que poder desarrollar mi vida. (Hope Jahren; La memoria secreta de las hojas. Una historia de árboles ciencia y amor; booket 202; 32)

Cambio y perdurabilidad. Abi Andrews

Somos movimiento y cambio perpetuos, pero hay algo que perdura y que cambia, aunque de una forma tal gradual que algo queda. No podríamos conocernos a nosotros mismos −por lo menos, solo un poco y solo a veces− sin este algo perdurable. Es tal vez «De verdad espero que la luz te acompañe siempre, aunque no se pueda decir que la luz nunca cambia, pero, sea cual sea tu nueva luz, confío en que exista y siempre desearé que te siga acompañando».

Porque es la luz la que te guiará hasta lo siguiente. Si no existe este algo perdurable, este tipo de fuerza gravitacional, podemos perder el rumbo por completo y olvidar que el juego consiste en seguir adelante y perder el rumbo lo menos posible. La luz es el testigo, la vida es la carrera y la despedida es el paso del testigo; hay que seguir corriendo y pasando el testigo, solo que en realidad cada vez que lo pasas lo intercambias, recibes uno nuevo.

Es hermoso que este movimiento y esta despedida puedan hacernos sentir tristes y albergar un deseo genuino de que, aunque esta cosa o esta persona vaya a seguir su propio camino sin ti, lo haga con esa luz, aunque en realidad nunca puedas saberlo (Abi Andrews; Naturaleza es nombre de mujer; Volcano, pag. 371)