Nacer. Ana Carrasco-Conde

Nacemos orientados hacia una forma de estar, de vernos y de ver el mundo. Nacer es comenzar a vivir: nacer es vivir relacionadamente. Lo que llamamos bien y mal brotan de esa relación. La teoría del apego sostiene que, precisamente en este ya estar comenzados, se intuye un modo de interacción que tiene lugar en un contexto social y que acaba convirtiéndose en una estructura interna de funcionamiento y visión del mundo en base a un sistema representacional. (Ana Carrasco-Conde; Decir el mal. Comprender no es justificar; Galaxia Gutenberg, pag. 199)

Hechos. Timothy Snyder

La verdad no es fácil. Los hechos no siempre coinciden con lo que creemos, deseamos creer o nos empujan a creer. Los hechos son lo que comprendemos cuando nos situamos a la distancia apropiada entre nuestras emociones y el mundo que nos rodea. (Timothy Snyder; Nuestra enfermedad. Lecciones de libertad en un diario de hospital; Galaxia Gutenberg, pag. 109)

Conocimiento. Franco Michieli

Ya de joven, tras estas primeras experiencias, anoté: «La niebla me ha permitido ver».

Empecé enseguida a preguntarme si sería aceptable la pérdida de esta forma de conocimiento. ¿Qué será de la humanidad cuando solo le quede información obtenida por instrumentos tecnológicos y el así llamado «saber» ‒de enésima mano‒ cargado en internet? Se está creando un círculo vicioso: los productos del cerebro humano se presentan en la red como el único saber válido para el cerebro humano. En este reino virtual, hoy más que en el pasado, la relación personal con la naturaleza representa un conocimiento complementario que puede volver a equilibrar nuestra visión del mundo. (Franco Michieli; La vocación de perderse; Siruela, pag. 74)

Identidad. Anjel Lertxundi

El ser humano es relacional, y la esencia de la relación es el trasvase entre diferentes. La identidad, personal o colectiva, pertenece al ámbito de la relación. La identidad no es el resultado de un elemento, de un color, de un único modo de estar en el mundo. Si ayer no era así, menos lo es hoy. (Anjel Lertxundi; Vida y otras dudas; Alberdania, pag. 203)

El lugar de la memoria. Joan-Carles Mèlich

Nacer es heredar una gramática, es inscribirse en un mundo interpretado. Ese mundo gramatical se hará presente en cada momento de nuestra existencia −porque no podremos olvidar (del todo) de dónde venimos−, pero también estará sometido a una tensión entre el recuerdo y el olvido. Esta tensión es el lugar de la memoria. Aún así, no comprenderemos en qué consiste la memoria si solo la identificamos con el simple recuerdo, porque todo recuerdo forma parte de la memoria, pero no es propiamente la memoria. La memoria es recuerdo y también es olvido. Para un ser finito, sin olvido no hay memoria, porque no puede recordar sin olvidar ni olvidar sin recordar. Nuestra vida, así pues, está hecha de herencias, de recuerdos que aparecen o que desaparecen (in)oportunamente.

La memoria es siempre una memoria biográfica. (Joan-Carles Mèlich; La experiencia de la pérdida; Fragmenta, pag. 43-44)

Conocer el mundo. Alba Donati

Para conocer el mundo y acopiar experiencia no es necesario viajar por todo el planeta; uno puede quedarse parado en un lugar y la naturaleza se encargará de cambiar constantemente el escenario, de mostrar el inventario infinito de sus bellezas. (Alba Donati; La librería en la colina; Lumen, pag. 178)

El peligro en el mundo. Nickolas Butler

Porque ¿había algo mejor que ser un niño pequeño y vagar libremente por el mundo salvaje para explorarlo? No existía peligro alguno, pues eran los adultos  los que introducían el peligro en el mundo, siempre los adultos. (Nickolas Butler; Algo en lo que creer; Libros del Asteroide, pag. 72)

Límite. Jean-Baptiste Vidalou

«Límite», en este caso, no significa allí donde algo se cierra sobre sí mismo, sino, al contrario, allí donde comienza a existir. El límite no es administrativo ni identitario, sino espeso. Los bordes sobrepasan siempre las identidades que supuestamente han de separar. Albergan, pues, otra percepción del mundo. Desde el espacio del bosque, desde su asilvestramiento, el ser humano se ve afectado por algo que está más allá de lo humano, el individuo se ve atravesado por algo ajeno a sí mismo. Quizá un destino animal o hechicero, por medio del cual no regresa a un «origen» cualquiera, sino que se ve atravesado por una memoria colectiva, con sus usos, sus vínculos, su magia. (Jean-Baptiste Vidalou; Ser bosques. Emboscarse, habitar y resistir en los territorios en lucha; errata naturae, pag. 206-207)

El mundo siempre estará ahí. Toni Morrison

En algún momento de la vida, la belleza del mundo se hace suficiente. No es necesario fotografiarla, pintarla, ni siquiera recordarla. Es suficiente. No hace falta llevar un registro y no necesitas que nadie la comparta contigo o te hable de ella. Cuando eso ocurre, ese «dejar ir» las cosas, lo haces porque puedes. El mundo siempre estará ahí, estará ahí mientras duermes y cuando te despiertes seguirá ahí. Así que puedes dormirte y tendrás un motivo para despertarte. (Toni Morrison en Minna Salami; El otro lado de la montaña; Temas de hoy, pag. 197)