Hablar es una forma de hacer comunidad. (bell hooks; todo sobre el amor; Paidós, pag. 154)
Ayer disfruté de la posibilidad de conocer a nuevas personas y constatar también que a veces hay hilos sutiles y casi invisibles que nos unían ya a través de otras personas. De alguna manera conversamos y dimos vueltas a los términos comunidad, ciudadanía y territorio. Aprendí mucho. Me resultó estimulante. Ojalá que el proceso siga. Gracias a R. y J. por su tiempo y generosidad y a M., A. y A. por su compromiso y valentía.
Des estos dos breves textos de bell hooks en su libro todo sobre el amor querría recalcar el poder del ‘hablar’ y de la palabra y la reflexión sobre la comunidad como espacio de armonía (a lograr) y asunción de los problemas.
No hay mejor lugar que la comunidad para aprender el arte del amor. M. Scott Peck comienza su libro The Diferrent Drum con esta profunda sentencia: «La salvación del mundo está en la comunidad, pasa a través de ella». Peck define la comunidad como una agregación de individuos «que han aprendido a comunicarse sinceramente entre sí, cuyas relaciones van más allá de las máscaras del decoro, y que han adoptado una especie de compromiso para “regocijarse juntos, llorar juntos” y “vivir en armonía y asumir los problemas de los demás”». Todos nacemos en el seno de una comunidad. Es muy raro que un niño venga al mundo en estado de asilamiento y que solamente tenga uno o dos adultos encargados de su cuidado. Los niños nacen en un mundo lleno de comunidades posibles. (bell hooks; todo sobre el amor; Paidós, pag. 151)